MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) – El equipo de la misión Voyager 1 de la NASA está tratando de averiguar, pese al retardo en las comunicaciones, por qué la nave parece estar confundida con su ubicación en el espacio interestelar.
La misión Voyager 1 se lanzó en 1977 con una vida útil diseñada de cinco años. Casi 45 años y una serie de sobrevuelos planetarios más tarde, la nave espacial se encuentra ahora a unos 23.300 millones de kilómetros de la Tierra, explorando el espacio interestelar. La nave espacial ha realizado innumerables descubrimientos, pero también ha sufrido una serie de anomalías y misterios. El último de estos son datos de telemetría basura que se envían a la Tierra.
“Tenemos un problema con la nave espacial Voyager 1”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, en una reunión de la Junta de Estudios Espaciales de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina el 9 de junio, donde ofreció más detalles sobre la situación y lo que podría significar para la misión.
Si bien la nave espacial funciona bien, los mensajes del Sistema de Control y Articulación de Actitud de la Voyager, que mantiene la nave espacial y su antena en la orientación adecuada, “no reflejan lo que realmente está sucediendo a bordo”, dijo Zurbuchen, citado por Space.com.
Sin embargo, llegar al fondo de esta confusión no es fácil, debido a la gran distancia entre la Tierra y la Voyager 1, lo que significa grandes retrasos en el tiempo que lleva comunicarse con la Voyager 1. “Imagina que tienes una conversación con alguien en la que solo puedes decir una palabra todos los días”, dijo Zurbuchen. “Y solo recibes una respuesta cada dos días. Ese es el tipo de diálogo que tenemos”.
Zurbuchen confía en que el equipo de la Voyager resolverá el misterio, pero señaló que la nave espacial no puede funcionar para siempre. Además del problema de comunicaciones actual, la Voyager 1 también está funcionando a temperaturas mucho más frías de lo que fue diseñada debido a la descomposición de la fuente de energía nuclear de la nave espacial.
“No les estoy diciendo que es el final de esa misión”, enfatizó, y señaló que el equipo detrás de la misión ha abordado muchos problemas técnicos durante la larga vida de la Voyager.
“No se equivoquen, hubo problemas, incluso desde que estoy en la NASA, que realmente eran preocupantes sobre la Voyager; el equipo lo resolvió”, dijo. “Pero también, si un día ya no se soluciona, es un éxito inmediato y deberíamos sacar el champán”.