DONGGUAN (CHINA), 22 Nov. (Portaltic/EP) –
OPPO busca acelerar el área que destina a la investigación y el desarrollo (I+D) de productos con tecnología de Inteligencia Artificial (IA) y robótica, que emplea en diferentes laboratorios situados en China, en los que prueba características relacionadas con la imagen y conectividad de sus dispositivos a fin de ofrecer la mejor versión de sus servicios.
De esta forma lo ha expresado en OPPO Tech Insider, un evento al que ha acudido Europa Press en las ciudades de Shenzhen y Dongguan, donde distribuye sus diferentes laboratorios y en los que prueba y mejora el ‘software’ que después introduce en ‘smartphones’ y relojes inteligentes.
Uno de los más destacados es OPPO Health Lab, con el que busca “hacer de la gestión preventiva de la salud una realidad cotidiana” y en el que prueba diferentes máquinas para hacer ejercicio -como bicicletas estáticas, máquinas de musculación y cardio, cintas de correr o máquinas de remo ‘indoor’- con deportistas profesionales de diferentes orígenes y nacionalidades.
Con estas pruebas, busca desarrollar un ‘software’ para sus ‘wearables’, como los OPPO Watch 4 Pro y OPPO Band, adaptado a las necesidades de los usuarios, que reúna información precisa sobre su actividad y estado físico.
La compañía ha comentado que, empleando algoritmos de evaluación cardiovascular de desarrollo propio, su reloj inteligente puede detectar la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que ayuda a los usuarios de este accesorio a identificar el tiempo de riesgo de esclerosis vascular.
Otra de las novedades que introduce su último reloj es la función de reconocimiento de forma de carrera, con la cual puede detectar el equilibrio de ambos pies del corredor y saber, por ejemplo, si la postura que está adoptando para realizar la carrera es la correcta para que el corredor no tenga molestias físicas al terminarla.
Otros datos que se recogen y analizan en este laboratorio en base a la actividad física de los usuarios y atletas que forman parte de estas pruebas son la frecuencia de los pasos y la longitud de la zancada, entre otras métricas.
OPPO también destina otra de sus salas a la monitorización del sueño, donde dispone de varias camas para llevar a cabo pruebas en las que se mide la calidad de las distintas etapas del sueño, de las que reúne información relacionada con los ronquidos y trastornos como la apnea.
Una vez recopilan estos datos clínicos, se combinan con IA para ayudar a los usuarios a descubrir problemas en el sueño o en la respiración, así como para conocer cómo dormir mejor en materia de salud preventiva.
Otro de los laboratorios situados en Shenzhen es el OPPO Communication Lab, donde se simulan diferentes entornos de red 5G de distintos operadores internacionales para que todos los usuarios de diferentes puntos del mundo puedan disfrutar del mismo nivel de experiencias de comunicación.
En este laboratorio se realiza el proceso de investigación y desarrollo completo del 5G, desde el ‘front-end’ de radiofrecuencia (RF) hasta las actualizaciones de protocolos de ‘software’.
Este apartado, que se actualizó en 2021, se divide en tres módulos con los que investiga la conectividad 5G de extremo a extremo: el laboratorio de simulación de redes (Radio Frequency Lab), para medir el comportamiento de los dispositivos conectados a estas redes, el laboratorio de protocolo (Protocol Lab) y el laboratorio de simulación de red (Network Simulation Lab).
El Protocol Lab apoya a los técnicos en la realización de investigaciones relacionadas con el consumo de energía. En este apartado se realizan tanto pruebas de regresión de ‘software’ como pruebas conjuntas de nuevas funciones de redes 5G.
Para probar sus ‘smartphones’, en Network Simulation Lab la marca emplea un brazo robótico que imita a usuarios reales de estos teléfonos navegando por redes sociales (por ejemplo, haciendo ‘scroll’ en TikTok), así como navegando por la red.
EN BUSCA DE LA MEJOR FOTOGRAFÍA
La ciudad de Dongguan, en Guangzhou, es otro de los centros neurálgicos de OPPO y donde distribuye tanto su IDC AndesBrain, que alberga sus centros de datos con refrigeración por aire y por inmersión, como más laboratorios dedicados a la imagen y la conectividad sin contacto NFC, así como su centro de producción.
El primero de ellos, OPPO Intelligent Imaging Lab, está destinado al desarrollo de las cámaras de sus dispositivos, así como a la realización de las pruebas necesarias para mejorar la calidad de imagen que estas ofrecen.
En concreto, este laboratorio ofrece diferentes emplazamientos realistas -como el salón de una casa, un restaurante, una librería o la recepción de un hotel- que recorren tres robots autónomos que van haciendo fotografías a medida que avanzan en estas estancias.
En total, estos robots son capaces de hacer 500 fotografías en una ronda por cada una de las tres cámaras traseras con las que están equipados los ‘smartphones’ y son cien ingenieros los que trabajan en este área para lograr la mejor calidad de sus lentes.
Para probarlas, se hacen fotos tanto con luces naturales como con luces artificiales y no solo se prueba la fotografía de espacios vacíos, sino que también se utilizan maniquíes con diferentes tonos de piel para lograr un acabado correcto.
Una vez los robots hacen su trabajo -unas pruebas que a un ingeniero experto “le tomaría días completar”, según la firma-, un experto en fotografía de la marca tecnológica las compara con la que considera que es la mejor fotografía hecha con el mejor ‘flagship’ de otra marca.
Si niguna de las que han hecho los terminales OPPO le parece adecuada, la edita con Photoshop y es una Inteligencia Artificial (IA) la que compara esta fotografía con las demás para ajustar parámetros como el brillo, el ruido, el detalle o la temperatura.
Finalmente, OPPO dispone del NFC Lab, un laboratorio en el que cada teléfono inteligente se somete a decenas de rondas para garantizar la precisión de lectura y escritura en diferentes tipos de terminales con este sistema de conectividad.
En este emplazamiento, se distribuyen diferentes formatos para probar y afinar el sistema NFC con un chip genérico en diferentes operadoras y compañías, una función disponible en todos sus teléfonos y que sirve, entre otros usos, para pagar sin contacto. En este caso, se estudia la precisión y la velocidad a la que se lee según la cercanía del dispositivo al lector.
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