Cochabamba conmemora 210 años del levantamiento libertario encabezado por Francisco del Rivero secundado por el audaz rebelde Esteban Arze, caudillo del Alto Perú (hoy Bolivia). El amanecer del 14 de septiembre de 1810, los patriotas liderados por Arze, libertador y comandante de las fuerzas de Cochabamba, irrumpió en la ciudad con vítores libertarios; emulando acciones símiles a las adoptadas por las juntas de Chuquisaca y La Paz, que con anterioridad se revelaron y declararon su emancipación.
A la insurgencia iniciada contra el yugo español, se sumaron Melchor Guzmán Quitón, Mariano Antezana y el cura Juan Bautista Oquendo. Tras derrotar a las huestes realistas, reunidos en cabildo abierto, determinaron destituir a su gobernador José Gonzales Prada, y en su reemplazo, nombraron a Francisco Del Rivero y a Manuel Esteban Arze, comandante de las fuerzas revolucionarias de Cochabamba.
Los datos históricos refieren su fundación en dos oportunidades, desde el primer asentamiento español en el valle cochabambino por Garci Ruíz de Orellana en 1542, cuya residencia situada en Cala Cala, actualmente es conocida como la Casa de Mayorazgo. La primera fundación adoptó el nombre de Villa de Oropesa, por Gerónimo Osorio el 2 de agosto de 1571. La segunda fundación se realizó el 1 de enero de 1574, por Sebastián Barba de Padilla en la actual plaza 14 de septiembre.
Emplazada en el centro de Bolivia, forma parte del eje central que permite conectar oriente y occidente, además de ser considerada la tercera ciudad en importancia económica y con más población, junto con Santa Cruz y La Paz. Conformado por 16 provincias, 47 municipios y dividida en cinco regiones: metropolitana, Valles, Trópico, Cono Sur y Andina.
Recorrer las calles y avenidas emblemáticas de esta gran ciudad encierran, por un lado, grandes anécdotas y, por otro, son mudos testigos de las grandes proezas de valor y patriotismo de sus hijos que lucharon y ofrendaron sus vidas, por legarnos esta bella tierra que cobija a propios y extraños. Poseedora de una diversidad cultural y folclore, cuya riqueza y valor intangible nos compromete a preservarla y transmitirla a las nuevas generaciones.
Considerada capital gastronómica por excelencia, Cochabamba invita a degustar sus variados platos tradicionales que, definitivamente, no solo encanta, sino también conquista al más exigente comensal, haciendo honor al dicho popular “en Cochabamba se come harto y rico”. Cómo no sentirnos orgullosos de tener emplazado en el cerro de San Pedro, el monumental Cristo de la Concordia, el más grande de Sudamérica, con una altura de 40,44 metros y que supera al Cristo de Río de Janeiro – Brasil.
La Laguna Alalay, que constituye el principal espejo de agua situada al este de la ciudad con una superficie de 240 hectáreas; el Palacio Portales mandada a edificar por el “Rey del Estaño”, Simón I. Patiño; la Plaza de armas 14 de Septiembre, centro político y social de la ciudad que alberga a las sedes principales eclesiásticas, policiales y civiles; la Catedral Metropolitana, cuyo nombre oficial es Catedral Metropolitana de San Sebastián, considerada patrimonio nacional monumental, histórico, cultural y arquitectónico desde 1967; la Coronilla, emplazada en la colina de San Sebastián, donde se encuentra el monumento independentista del 27 de mayo de 1812; la plaza de las banderas; el jardín Botánico; el Río Rocha, el Túnel del Abra y, como no mencionar a La Cancha, un inigualable mercado popular que ofrece diversidad de productos de primera necesidad, artículos variados y catalogado como uno de los más grandes de Sudamérica.
Que este nuevo aniversario, ratifique nuestro compromiso de construir un mejor departamento que aporta al desarrollo del país y, principalmente, donde todos y cada uno de los habitantes nacidos y cobijados en esta bella tierra, coadyuven noble y generosamente a su progreso y crecimiento económico.
MGR. MARCELO CHINCHE CALIZAYA
DOCENTE e INVESTIGADOR
COLUMNA ENTRELINEAS
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