MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) –
Unos 67 millones de niños se quedaron sin vacunar total o parcialmente entre 2019 y 2021, cayendo los niveles de cobertura de inmunización en 112 países debido a la pandemia, según ha advertido el informe ‘Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación’, presentado por Unicef este jueves con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización.
“Lo que el estudio muestra es que hay dos consecuencias ocultas y que están emergiendo ahora de la pandemia por Covid-19: hay una reducción y una caída de la confianza en las vacunas y hay una reducción de la inmunización y en el acceso a estas vacunas en un número muy significativo de los países”, ha detallado el director ejecutivo de Unicef España, José María Vera.
En lo que respecta a la falta de confianza de las vacunas, el informe demuestra que la percepción pública de la importancia de las vacunas infantiles ha disminuido durante la pandemia en 52 de 55 países analizados, entre ellos España, donde ha pasado de un 96,5 a un 88,6 por ciento, lo que supone un descenso de 8 puntos.
Así las cosas, el documento pone de manifiesto que los niños nacidos justo antes o durante la Covid-19 están superando la edad a la que normalmente deberían haber recibido las vacunas, por lo que Unicef subraya la necesidad de tomar medidas “urgentes” para ponerse al día con las dosis perdidas y prevenir brotes de enfermedades mortales.
“Las vacunas son una de las mayores historias de éxito de la humanidad. Salvan entre 4 y 5 millones de vidas al año, y han sido vitales para reducir las tasas de mortalidad infantil. Lo que pedimos es que los gobiernos vuelvan a comprometerse con las vacunas porque las vacunas funcionan”, ha recalcado Vera.
EL MAYOR RETROCESO EN LA INMUNIZACIÓN MUNDIAL EN 30 AÑOS
Así, la organización alerta de que este es el mayor retroceso sostenido de la inmunización infantil de los últimos 30 años, y ha recordado que la pandemia interrumpió la vacunación infantil en casi todo el mundo debido a la presión que sufrieron los sistemas de salud, el desvío de los recursos dedicados a la inmunización hacia la vacunación contra la Covid-19, la escasez de personal sanitario y las medidas de confinamiento en el hogar.
En este sentido, Unicef ha insistido en la importancia de “redoblar el compromiso, aumentar la financiación de la inmunización y evitar que la vacunación sistemática se convierta en otra víctima de la pandemia”. Si esto ocurriera, han alertado de que “la próxima oleada de muertes” podría deberse a un aumento en el número de niños con sarampión, difteria u otras enfermedades prevenibles.
“El retorno de enfermedades erradicadas en cualquier lugar del mundo nos pude afectar a nosotros”, ha asegurado por su parte Lorena Cobas, especialista en programas de emergencia y acción humanitaria de Unicef.
En 2022, por ejemplo, el número de casos de sarampión fue más del doble del total del año anterior. Mientras, la cifra de niños paralizados por la poliomielitis aumentó un 16 por ciento interanual en 2022. Si se compara el periodo de 2019 a 2021 con el trienio anterior, el número de niños que sufrieron parálisis a causa de la poliomielitis se multiplicó por ocho, lo que pone de manifiesto la obligación de garantizar que se mantengan los esfuerzos de vacunación.
NIÑOS “CERO DOSIS”
De los 67 millones de niños que se quedaron sin recibir inmunización sistemática total o parcial entre 2019 y 2021, 48 millones no tuvieron ni una sola vacuna sistemática, un factor que también se conoce como “cero dosis”. A finales de 2021, India y Nigeria (ambos países con datos de nacimientos muy elevados) presentaban el mayor número de niños cero dosis, aunque los aumentos en la cifra de niños y niñas cero dosis fueron especialmente notables en Birmania y Filipinas.
Los niños que no reciben ninguna dosis viven en las comunidades más pobres, remotas y marginadas, que en ocasiones están afectadas por conflictos. Los nuevos datos elaborados para el informe por el Centro Internacional para la Equidad en la Salud revelan que, en los hogares más pobres, 1 de cada 5 niños son cero dosis, mientras que en los más ricos, solo lo son 1 de cada 20.
El informe concluye que los niños no vacunados suelen vivir en comunidades de difícil acceso, como las zonas rurales o los barrios marginales urbanos. A menudo, sus madres no han podido ir a la escuela y su opinión no cuenta a la hora de tomar decisiones familiares.
Estos problemas son mayores en los países de ingresos bajos y medios, donde aproximadamente 1 de cada 10 niños en las zonas urbanas es cero dosis, frente a 1 de cada 6 en las zonas rurales. En los países de ingresos medios y altos, la diferencia entre niños de zonas urbanas y rurales es casi inexistente.
Para vacunar a toda la población infantil, según Unicef, es “fundamental” reforzar la Atención Primaria (AP) y proporcionar a los trabajadores sanitarios en primera línea, que son en su mayoría mujeres, los recursos y el apoyo que necesitan. El informe señala que las mujeres están en la primera línea de la vacunación, pero tienen salarios bajos, empleo irregular, falta de formación oficial y de oportunidades profesionales, y amenazas a su seguridad.
Por todo ello, el informe insta a los gobiernos a: identificar urgentemente a todos los niños, especialmente a los que no fueron vacunados durante la pandemia, y proporcionarles vacunas; reforzar la demanda de vacunas, entre otras cosas mediante el fomento de la confianza; dar prioridad a la financiación de los servicios de inmunización y la Atención Primaria, y crear sistemas sanitarios resilientes mediante la inversión en personal de salud femenino, la innovación y el fomento de la fabricación local.
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