Probablemente, más de uno fue seducido por cierto bien o producto, desplegado por una descomunal campaña de promoción, cuyo efecto creó un perfecto ardid ilusorio de atributos tendientes a satisfacer necesidades; aunque en realidad, simplemente se trató de un burdo efecto publicitario, superfluo e inconsistente.
Similares efectos ruidosos cual fiasco que desencanta, así como un exagerado sobredimensionamiento carente de sustancia y contenido, podrían resumir las impresiones que dejó el tan esperado “debate presidencial, hablemos del futuro de Bolivia”, organizado por la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) y la Confederación de Universidades de Bolivia (CUB), el pasado 03 de octubre, en el Hotel Radisson de Santa Cruz y trasmitido por la red ATB.
A esta convocatoria, asistieron Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC), Chi HyunChung del Frente para la Victoria (FPV), Luis Arce del Movimiento Al Socialismo (MAS), Jorge Tuto Quiroga de Libre 21, María de la Cruz Bayá de ADN, Fernando Camacho por Creemos y Feliciano Mamani de PAN-BOL, cuyamodalidad quedó restringida a un cuestionario de cuatro ejes temáticos: crisis económica, generación de empleo, estabilidad y desarrollo local.
Más allá de la importancia de promover espacios de encuentro entre los aspirantes a la silla presidencial para publicitar sus programas de gobierno, queda en evidencia la falta de práctica y comprensión de formatos acordes a la circunstancia, substancia y trascendencia que implica hacer conocer las propuestas electorales al soberano. Ello quizá es consecuencia de una larga ausencia de condiciones y escenarios propicios que, sistemáticamente fueron coartados y cercenados durante 14 años; aduciendo ineficacia, valía, continuas evasivas y justificativos por doquier, de quien pretendiera eternizarse en la silla presidencial.
De hecho, Evo Morales, nunca estuvo dispuesto a debatir y confrontar ideas con alto nivel académico e intelectual, dada sus inseguridades y limitaciones. Para ello, construyo un forzado artificio que daba cuenta de embaucadores debates cotidianos con un pueblo; aunque en esencia, solo se trataba de discursos y audiencias pasivas, ante gentíos convocados bajo presión y amenazas de multas por las organizaciones y movimientos sociales afines al MAS, donde además de ser ovacionado e idolatrado, también cobró sentido un viejo aforismo: “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”.
Fue altamente perceptible el máximo cuidado y proteccionismo brindado por los organizadores al candidato Luis Arce, muy similar al de un infante consentido de papá y mamá que impiden exponerlo innecesariamente; o quizá, aquel estudiante que rinde un examen con las respuestas previamente conocidas;evidenciando ventajas innobles y en extremo deshonestas que soslayan reglas y principios que rigen tales formatos. A ello se suma la restricción de cualquier posibilidad de alusión, confrontación de ideas, programas y proyectos de país con sus oponentes; cuya característica primó de principio a fin, en un acontecimiento que, por un lado, estuvo muy lejos de ceñirse y aproximarse a la estructura de un “debate”y, por otro, simple y llanamente generó “mucho ruido y pocas nueces”.
Pero, qué otra cosa podría esperarse de los gestores de este evento Álvaro Ruíz, presidente de la FAM y el veterano estudiante universitario, Max Mendoza de la CUB, cuyas afinidades con el MAS, ponen en tela de juicio la transparencia, ecuanimidad y legitimidad opacada por un incivil direccionamiento y trato con “guante de seda” al candidato Luis Arce.
Finalmente, es menester ilustrar a los organizadores, que el debate implica la necesaria e inminente controversia, disputa y discusión formal y argumentativa de los participantes. Tales características además del diálogo, estuvieron ausentes desde un principio en esta especie de foro (entrevista), cuál desfile de tendencia y moda propagandística de ofertas electorales.
MGR. MARCELO CHINCHE CALIZAYA
DOCENTE e INVESTIGADOR
COLUMNA ENTRELINEAS
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